Ricard Huerta nos descubre el «Cementerio Almodóvar» en una exposición itinerante

Ricard Huerta nos descubre el «Cementerio Almodóvar» en una exposición itinerante

Rda. de Calatrava, 15, 13003 Ciudad Real, España

Organizado por Pedro V. Salido López

La propuesta Cementerio Almodóvar parte de un proyecto artístico y educativo en el que se conjugan la creación artística y la educación en artes. Las iniciativas de Ricard Huerta, coordinador del proyecto, combinan la innovación y la inclusión desde una perspectiva cultural, participativa y tecnológica. En este caso se trata de reivindicar el cementerio como potencial espacio educativo, como un lugar para la memoria y el respeto, como un entorno de reflexión paciente, un ámbito artístico excepcional, como una posibilidad para la educación en artes y la reivindicación patrimonial. Todo el proyecto gira en torno a la producción cinematográfica de Pedro Almodóvar desde su vertiente local y como icono representativo de la comunidad de Castilla-La Mancha.

Ricard Huerta, Catedrático de Educación Artística de la Universidad de Valencia se ha encargado de la Gestión del Proyecto.

El cementerio de Almodóvar del Campo alberga varias fosas, resultado de los fusilamientos sucedidos a partir de mayo de 1939 y de la acumulación de fallecidos en las tres prisiones de la localidad. Mapas de Memoria ha establecido la cifra de 268 víctimas enterradas en estas fosas, que llegaron a acumular hasta tres pisos de cadáveres. La fosa más grande se abre en enero de 1940, el mes más trágico de la represión en el partido de Almodóvar del Campo, para albergar los cuerpos de los numerosos muertos en prisión en esas fechas, entre ellos varios alcaldes de Villamayor de Calatrava, Fuencaliente, Abenójar y Los Pozuelos de Calatrava. La fosa siguió recibiendo víctimas hasta agosto de 1941, momento en el que la cárcel del partido desaparecerá.

A principios de los años 80, familiares y amigos de las víctimas, con el apoyo de las instituciones locales , iniciaron una colecta para comprar un terreno en el cementerio y así poder trasladar los restos que serían exhumados de las fosas. Policarpo Bajo, uno de los dirigentes del PSOE durante la República, fue el impulsor del proyecto. Con el dinero recaudado se pudo comprar el terreno y los materiales necesarios para construir un mausoleo y para los féretros. Fueron voluntarios los que se ocuparon de exhumar a las víctimas que serían reinhumadas en este nuevo lugar, si bien algunos cadáveres fueron reclamados por sus familiares y se enterraron en otros lugares. El monumento en memoria de las víctimas se trata de un obelisco en el que aparece la inscripción “Muertos por la libertad” y en el que los familiares de varias víctimas han colocado placas individuales para conmemorar a sus seres queridos. Consultar fuente.

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