Por: Vicent Vila, autor y director teatral
¡ÓPERA EN MI BARRIO!
Posiblemente no haya espacio más adecuado para el disfrute de esta primera ópera del valenciano Martín y Soler que la calle o plaza de cualquier barrio ya que la obra parte de la Commedia dell’Arte italiano que se representaba siempre en la vía pública.
Y aquí obligada felicitación para LES ARTS VOLANT, un proyecto de Les Arts al que se unió la Diputació de València y el Ayuntamiento de la ciudad para sacar la ópera a la calle mediante un camión-escenario que lleva todo lo necesario para la representación que es agradecida por los sorprendidos vecinos quienes disfrutaron con deleite del acontecimiento operístico y que sin duda en su mayoría nunca habrían asistido a ninguna ópera con anterioridad. ¡Gracias por traerla al lado de mi casa!
Esta pequeña pieza (Seis cantantes, sin coro) nos descubre a un joven Martín y Soler (recuperado en muchas ocasiones gracias a la cita de Mozart de su ópera Una cosa rara en Don Giovanni), ya avanza la maestría de un compositor de apenas 20 años que logra una pieza delicada y divertida en base a breves cavatinas, dúos, tercetos, cuartetos y sextetos, o sea todas las combinaciones posibles con tan ajustado reparto, acompañadas por una pequeña orquesta original formada por una decena de instrumentos de estructura básica: madera, metal y cuerda.
En este caso el pequeño conjunto se sustituye por un piano (José Jaime Hidalgo) que a pesar de la eficaz y adecuada interpretación con los matices requeridos lógicamente no logra el encanto que brinda la partitura original y cuyo pianoforte resulta demasiado monótono y desde luego estridente en los recitativos entre los cantábiles, lo que se solucionaría con una mínima inversión en un pequeño grupo instrumental.
El reparto felizmente seleccionado del Centre de Perfecionament de Les Arts, con su juventud y entrega, da vida a los personajes con seguridad y aplomo a pesar de las excesivas marionetas que manejan, que complican la interpretación y despistan al público. Quizás el haber duplicado los personajes no era necesario, aunque refuerzan el concepto de los personajes-máscara de la Commedia italiana. Destacar a los dos protagonistas y al siniestro y entrañable Tutore interpretado por Oleh Lebedyev.
El colorista vestuario (José María Adame), iluminación (Antonio Castro) y sobre todo la eficaz escenografía (Jaume Policarpo) completan una bella y atractiva puesta en escena dirigida por el propio Policarpo y Allex Aguilera, con seguridad y buen ritmo, lo que junto a la coloquial y sencilla versión valenciana de Enedina Lloris son la base del éxito de la propuesta.
Foto: Il-tutore-burlato de Miguel-Lorenzo. Les Arts.